En el año 2009
corrí mi primer medio maratón, previo a este; ya recorría distancias de 10km;
al día de hoy he participado en 3 medios maratones, un maratón completo (42km)
y múltiples carreras aquí y allá… y hablando de “allá”; en la temporada que
viví en Los Ángeles siempre me la pasaba en el Runyon Canyon, una montaña por
la cual corría, escalaba y saltaba entre las rocas, hasta que participe
en una carrera en las montañas de Santa Mónica donde recuerdo que la carta
responsiva te advertía de serpientes, gatos salvajes y hiedra venenosa, etc…
como olvidar aquel entrenamiento y lo reviví aún más el pasado fin de semana en
“La Bestia”.
Las carreras
de obstáculos existen desde hace mucho y unas franquicias están más
posicionadas que otras; Spartan Race es una de ellas; está inspirada en el
entrenamiento militar que los Marines del ejército de los estados Unidos
realizan.
La Spartan
Beast consta de 21km y 25 “obstáculos”, para los que alguna vez entrenamos
Parkour en algún momento, eso de obstáculos nos da un poco de risión, pero
tiene su chiste el subir por una cuerda, cargar un bulto o una cubeta con
grava, cruzar un pasamanos, la viga de equilibrio, nadar, pasar por debajo de
púas, saltar sobre fuego y cruzar tres o más muros mientras corres sobre
terreno sinuoso, cubierto de lodo y piedras en los tenis… lo de obstáculos
cobra otro sentido.
Hasta ahora he
participado en todas las carreras en México de esta franquicia y organizan una
última para Noviembre en Guadalajara, a la cual quizá iré y la pregunta del
millón… porqué lo hago?
En este último
viaje (interno), a San Luis Potosí me hospede, cene solo, medite, realice la
prueba, corrí conmigo y mis miedos mentales a vencer por casi 4hrs y el
resultado fue… una mente con más fortaleza, gran capacidad y poder; una
seguridad física más desarrollada y sobre todo una sensación mágica de
sentirme vivo, sano y poderoso, para potencializar mi proyecto de vida.
En esencia,
genero más redes neuronales, amplio mi campo mental y mi código genético graba
todas estas experiencias; desde la meditación y preparación la noche anterior
hasta la capacidad neuronal, mental y espiritual… quiero que mis futuros hijos
hereden estas capacidades en sus genes, quiero que sean ilimitados como yo y
puedan lograr lo que quieran en sus vidas.
Hoy en cada
carrera medito y soy un gran visionario en cada milla… soy un arquitecto de mi
destino. Yo me he marcado, vencido
y nuevamente derrote a la bestia... o en otras palabras, a mis miedos.
Fernando
Arroyo.
PD. Este fin
de semana hago mi segundo triatlón… en esta ocasión no iré solo; uno de mis
mejores amigos me acompaña.