Te quiero contar esto y te lo cuento desde la parte más rebelde de mi
esencia… porque así? Porque así tienes la conciencia de que no debes sentirte
identificado en ningún momento por lo que digo… o quizá sí, ja!
No me importa que religión profeses, me importa que no me quieras
incluir en tus ideas o controlar con las mismas. No me importa si piensas que
soy insensible por qué no te beso, te abrazo, te sonrío o te saludo; me importa
que comprendas que no todo el tiempo estamos de buen humor… siempre hago mi mayor esfuerzo por
sonreír aun cuando ardo por dentro.
No me interesa que tales arboles, que acabes con vidas, que generes
violencia o que abuses de las personas como lo hizo un Hitler… me importa que
en tu siguiente vida hagas algo similarmente energético que enriquezca la vida…
de hecho, gracias a el o al oscurantismo, tenemos un ejemplo de lo que NO se
debe hacer… me importa que acciones
en tu vida y aportes a la misma, ya que desde mi punto de vista, el mundo gira
gracias a los hacedores y no a los
que miran con ojos llorosos lo mal que los trata el “destino” o las infortunas
de su vida.
Vivimos en un universo dual y las entidades comúnmente tienen una
opinión “buena” o “mala” para ver, analizar, juzgar, comentar y opinar de las
acciones de todos. Nadie es tan malo ni bueno como parece ser.
Ósea que… se malvado, se un encanto, traicionero, fiel, arriesgado,
embustero, conquistador, inmaculado y todo lo que quieras ser… de cualquier
forma regresaras de nuevo y continuaras tu caminar en esta evolución divina.
Somos hijos del universo y todo aquel que enriquece la vida, aporta a
otros y se mantiene en un estado de evolución constante tiene más posibilidades
de acceder a una conciencia más alta y más alejada del consumismo controlador
humano.
No eres lo que usas o lo que dicen de ti… eres algo más profundo y
divino. Simplemente eres tú en el universo... como tu voz… es única en este
universo dual y por cierto, que fea es… o no?
Te amo.
Fernando Arroyo.